Hace rin, hace ran,... la noche de San Juan.
Tal y como estaba planificado, el sábado comienza el día con salidita en bici saliendo de Las Lagunetas (lloviendo y nublado) por la Choza de Loca, llegada al cruce del final de la subida de Los Loros y la carretera dorsal (sol y moscas).
Siguiendo la recomendación de un biciclista entradito en años, paso de la bajada en asfalto y cojo la pista de Siete Fuentes y vuelta a Las Lagunetas (misma lluvia, mismas nubes), mi cuádriceps derecho a punto de tirón, pero más contento que unas pascuas. Según el GPS donado amablemente por Odón para documentar la hazaña: 2 horas, 20 Km y 300 m. de desnivel. Objetivo 1, cumplido.
Después, parada y fonda en casa. Lo justo para salir a casa de Noelia con las pilas bien cargadas. La anfitriona, haciendo los honores en la barbacoa y tita Luisa en sus labores. Rápidamente, me incorporo al trabajo. Pena que mi estómago no le apetezca nada, porque hay de todo y bueno [de viandas].
La noche discurre tranquilamente, lo pasamos bien en la terraza, sin importar el vendaval que azota Tabaiba Baja. Unas horas más tarde, me doy cuenta que ya no es plan de bajar a La Nea: Natalia nos mata.
Bastantes horas más tarde, la noche ya no es tal y vuelvo a ponerme las gafas de sol. Creo que ya estoy en condiciones de volver a casa y me llevo a la familia conmigo. El resbalón de Luisa le impide caminar, pero no hay dolor. ¿Cuál es el mejor analgésico antes de irse a la cama?. Una copita y hasta mañana si Dios quiere. Objetivo 2, cumplido y con nota. Gracias Noe.
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