jueves, 3 de abril de 2008

Arrivederci, Ciber

Historia de cómo me aventuré a dejar el nido de mi confortable y satisfactorio puesto de trabajo, por meterme en berenjenales.

Un vienes cualquiera, me levanto temprano y llego a la oficina medio dormido. Al grito de, ¿aquí no se come? vamos a desperezarnos al bar y tomar un buen desayuno, que espera un largo día.

De vuelta al trabajo, en seguida me enredo en mis proyectos y sin apenas darme cuenta, es media mañana. Recibo una llamada aparentemente inocente, pero con una proposición laboral a vola pluma. Inicialmente, la sensación es de agradecimiento y complacencia, pero no le doy mayor importancia. Estamos a tope de curro.

Durante el fin de semana, lo comento con Alicia, como curiosidad. Mientras explicaba la situación, me percaté de un detalle: siento curiosidad por conocer más sobre la oferta. A la semana siguiente, un par de llamadas, consulta al clan familiar y en menos que canta un gallo, me encuentro comentando a mi jefe la buena nueva. Ya no hay quien pare el cambio.

¿Porque dejo mi puesto en el ciber?

Simplemente, porque salvo la resistencia al cambio y el miedo a lo desconocido, la oferta recibida parece que encajará muy bien con la manera de hacer las cosas que a mí me gusta y, como no podía ser de otra manera, mis aspiraciones profesionales.

¿Porqué tan rápido?

Porque hacerlo más despacio hubiera sido una lenta agonía sin sentido. Aunque invirtiera varios meses preparando mi salida, no cambiaría nada importante.
Espero que mi ausencia sea aprovechada para reconducir algunos asuntos y que la pelota vuelva al tejado de la que nunca debió salir.

¿Habrá una despedida?

Eso no se pone en duda. Mi ex-compi jlabalo (el Maki) está organizando el tenderete, pero será, si nadie lo remedia, el sábado día 19 de Abril.
Por supuesto, está invitado todo el que se quiera apuntar.

¿Quién ha sido el incauto que te ha contratado?

Voy al (estoy en el) Instituto Insular de Informática y Comunicaciones del Cabildo de Tenerife, como Coordinador del Departamento de Sistemas.

¿Y que tal en el nuevo puesto?

Puede que esto sea argumento de un nuevo artículo, pero de momento, me gusta lo que veo. :-)

Al menos, echarás de menos a la gente.

Por supuesto. Despues de ocho años, con alguna interrupción, me siento parte de este (ese) proyecto, del cual tengo el honor y la satisfacción de haber participado desde sus primeros pasitos. Snif!

Tampoco quiero hacer una relación de las personas a las que estoy agradecido, porque este artículo se haría muy muy largo y podría dejarme a alguien.

¿Porque no te has despedido con un correo?

Por varias razones, entre las cuales está el que no quiero hacer más ruido del necesario y que todavía no he aceptado que me voy (he ido). Además, tengo la excusa de que volveré algunas tardes para irme desenganchando paulatinamente, quiero decir, para terminar algunos flecos.

Espero que nadie lo interprete como una falta de educación o lo que es peor, de cariño. Soy un blando y no me fio de mí mismo, por lo que prefiero evitar el nudo en la garganta.

Intentaré mitigar la nostalgia fomentando ciertas actividades extralaborales: partiditos de pádel, partida de poker en mi casa, furbito para los no profesionales o fuera de forma, fiestones, etc.