sábado, 19 de octubre de 2013

Croacia 2013

Este año hemos hecho un viaje que teníamos marcado hace tiempo, la obligada visita a Croacia. Ese país que uno no sabe situar muy bien en el mapa de centroeuropa hasta que empiezas a interesarte y luego te preguntas porqué has tardado tanto tiempo si estaba ahí mismo, tras la bota de Italia.

Zagreb

Me sorprende lo populosa y bulliciosa que es esta ciudad. Quizás tenia una idea preconcebida errónea del país y el carácter de su gente. Esperaba algo más frío y silencioso al estilo húngaro o checo. El tráfico con el coche para llegar al centro es desesperante.

Pula

Precioso anfiteatro, pero quizás queda deslucido por un día nublado y algún que otro chipi-chipi. Las calles tienen el nombre en croata e italiano. Lógico tras descubrir que esta zona perteneció a Italia hasta hace pocas décadas.



Tras muchos kilómetros conduciendo de noche cerrada bajo un diluvio, sin visibilidad por la niebla y con el estruendo de una tormenta eléctrica de narices, nos quedamos en los apartamentos Villa Dama que recomiendo por la incansable amabilidad de su dueña, a pesar de estar un poco alejado del centro y habernos quedado en una habitación de apenas 9 m2 y sin TV.

Plitvice

Visita obligada y recomendable a los lagos. Entramos por el parking 1 y elegimos la ruta C (entre 4 y 6 horas). Efectivamente nos llevó cuatro horas exactas andando a paso ligero, pero haciendo paradas fotográficas y descansos para almorzar y disfrutar del paisaje. Disfrutamos de un agradable baño, aunque con las gafas de buceo no consigo ver fauna marina interesante.


Nos quemados en The Krizmanic Family B&B, donde nuestra casera fue amable con nosotros a pesar de llegar muy tarde por la noche y ofrecernos un amplio apartamento completo con cocina y un pequeño salón. El desayuno con productos locales también lo agradecimos.

Zadar

El anfitrión nos recibe y explica profusamente en una amable charla la ciudad, su historia y capta perfectamente lo que necesitamos: cena, copita, paseo y descanso. Nos damos un merecido homenaje en el restaurante Fosa junto al mar a base de pescadito, vino blanco y mini-mixto de postres. Un día es un día. Luego paseo buscando garito longe, pero a pesar de ser viernes y encontrar las recomendaciones de nuestro anfitrión que cuentan con una terraza muy cool y buena música chill-soul, están prácticamente vacías. Quizás se terminó el verano o es demasiado temprano.

De Zadar Center Apartments destacaría la insuperable amabilidad del casero y sus recomendaciones sobre que ver y dónde comer, el apartamento está como nuevo y decorado con estilo. Nos reservó aparcamiento para que no tuviéramos problemas. Cama muy cómoda. Ubicación. Lástima que la fachada del edificio y las escaleras de la entrada (segundo piso sin ascensor) podrían hacerte pensar que te has equivocado eligiendo sitio. Podrían enviar un mapa previamente de dónde aparcar.

Split

Visita al Palacio de Diocleciano. A pesar de ser una ciudad muy antigua, es fácil el acceso en coche. Algo poco frecuente en el país. La entrada al puerto no tiene control de policía y para embarcar con coche no te piden el DNI ni la matricula del coche. Esto es carácter latino.

Hvar

Baño-buceo y almuerzo camping-playa en Zavala. Es decir, puedes darte el baño en el mar y descansar a la sombra de un pinar que llega hasta la propia orilla. Helado en Jelsa [Pataki] y compra de recuerdos: imán para la nevera de la oficina y lavanda de regalo a una amable anciana que no hablaba una papa de inglés, pero nos entendimos perfectamente. Paseo por las callejuelas de Stari Grad.


Aunque llegamos de noche a Villa Jagodna, ya nos quedó clara la espectacular  ubicación del hotel en una cala apartada, donde lo único que se oye desde la habitación es el agua del mar que baña las rocas de la costa escasos metros.
Así y todo compensa que la nevera haga un poco de ruido por la noche, no solo el motor cuando está en funcionamiento, que la decoración y el mobiliario de la habitación sean mejorables y que las abejas en el desayuno pueden ser un poco molestas para el que no está acostumbrado.


Mljet

Para llegar con coche el Ferry desde Prapratno hasta el puerto de Sobre que está en una bahía digna de una película de piratas. La obligada visita al Parque Nacional de Mljet comienza comprando el ticket en Polace. Luego bajamos en coche hasta un aparcamiento, cinco minutos de camino y cogemos un pequeño parco para visitar la mini-isla de Santa ? donde hay un monasterio, un restaurante estupendo, un mini-cementerio y una mini-capilla. Las calas de Saplunara en el extremo este de la isla, son de las pocas de fina arena en lo que hemos visitado de Croacia.



Nos quedamos en Apartments Radulj donde la casera fue muy amable aunque más amateur en esto de la hostelería. Ubicación perfecta para visitar el Parque Nacional. Recomiendo alquilar las bicis directamente en Polace, que es una bahía natural preciosa. Todo está tan limpio como lo dejaría una hacendosa abuela. Wifi funciona sin problemas.


Hubiera preferido quedarme en otro apartamentos cercanos, ya que no nos dieron un apartamento, sino una habitación (+/- 12 m2) con un baño (el lavabo está en la habitación y el armario en el baño) y una cocina en la planta inferior (parece un garaje reconvertido). Inexistente aislamiento acústico y/o térmico. No tiene TV (tampoco hace falta) ni microondas.


Dubrovnik

Paseo por la muralla permite observar la grandeza de esta histórica ciudad. Calles demasiado concurridas por el día por los cruceristas y animadas por la noche. La primera vez en todo el viaje que vemos muchos compatriotas. Cervecita viendo la puesta de sol en la concurrida terraza del Buza que está entre las murallas y el mar. Cena minimalista en el Lucida Kantina, de la que solo se salva la carne con miel y lavanda y el suflé de chocolate. Enyoy the meal = disfruta ahora que luego viene la dolorosa.



De nuestra estancia en el Hotel Adria destacaría la limpieza y amplitud de la habitación, con impresionantes vistas de la bahía donde atracan los cruceros. Se puede llegar y volver del centro con el minibus del hotel, taxi (70 kunas) o bus (Linea 3 por 12 kunas comprando el ticket en cualquier kiosko).


En el aspecto negativo, la ubicación no permite ir caminando al centro. En cuanto a la habitación carece de mini bar, la TV es muy pequeña y no hay kit de baño. Nefasto café y zumos en el desayuno de máquina de polvos aguado. Una máquina nespresso de hotel sería de agradecer. No hay tostadora, tienes que darle las rebanadas a un camarero.


Conclusión

Los croatas por lo general son gente amable y sonriente. La generación anterior no ha cambiado mucho. Los abuelos parecen de la opinión de "con Tito se vivía mejor" y las abuelas  visten con pañuelo en la cabeza y parecen decir "ponte una rebequita". La generación actual habla inglés perfectamente, han aceptado el cambio político y han abierto su negocio al turismo rehabilitando la casa o el barco de sus antecesores. La siguiente generación no se distinguirá mucho de cualquier generación de la UE.



No hace falta TV. La radio croata emite principalmente música de artistas croatas que recuerdan a los buenos tiempos de la "canción ligera" española. Si esta gente conociera a nuestros grandes (p.e. Raphael), sin duda serían un auténtico bombazo. En Croacia no parecen estar concienciados con el respeto al medio ambiente o el reciclaje de basura y eso desgraciadamente se nota en las bellísimas costas donde flota el plástico. Casi no hemos visto servicios de limpieza municipales.



Para aprovechar mejor el viaje, nos adaptamos al clásico horario guiri: a las 7 despierto, a las 8 desayuno, a las 12 almuerzo a las 7 cena y a las 10 en la cama.  Me resultó sorprendente que la primera pregunta de un croata sobre nuestro país es cómo está la situación económica. :-/