lunes, 1 de octubre de 2007

los micrófonos


No hubo sorpresas en la fiesta karaoke del sábado.

20:00 Por consejo de Alicia, tomo la primera decisión correcta de la noche. Por una vez, en una fiesta de mi casa, no voy a ejercer de anfitrión: simplemente voy a pasarmelo bien.

20:15: Como estaba previsto, Javi (y Lucía) fueron los primeros, tan solo superados por César y Raquel, ávidos de comenzar la fiesta.

20:30 La gente empieza a llegar y la fiesta va cogiendo cuerpo.

21:30 Llega Noe y nos enseña su flamante descapotable: VW Eos.

22:00 Encendemos el karaoke, primera actuación estelar de Vicky que, como era de esperar, me gana abrumadoramente. A partir de aquí, no hay tregua en la batalla por pillar el micro.

22:30 A pesar de superar la treintena de invitados, no parece haber grandes agobios. Por suerte, la terraza tiene mucho éxito y el tiempo acompaña.

23:45 Llega Geno con su futuro marido, sacamos la tarta y le cantamos (sin micrófonos) el cumpleaños feliz.

01:00 Se terminan las bolsas de hielo y los más avezados se lanzan por los pocos cubitos de hielo que hay en el frigorífico. Bendita tecnología No Frost, que evita la tentación de rascar las paredes del congelador.

01:15 Aunque el ratio de botellas por persona estaba calculado pensando en mis amigos-esponja, poco despues de la una de la mañana, se habia terminado el Juan Caminante.

01:30 Se baja la música, se cierra la terraza para evitar mayores perjuicios al vecindario, el karaoke está apagado y no queda hielo, pero todo esto no hace mella en los ánimos de unas cuantas amigas que se afanan cantanto a viva voce, uséase, a grito pelao-acapella. Aprovecho para pedir disculpas, principalmente a Ida y Ra, por la manera poco amable de pedir silencio.

01:45 Tercera decisión correcta de la noche: no seguir de marcha al Tángara. Mis maltrechas neuronas me lo recompensaron al día siguiente con ausencia de resaca y bastante lucidez. Muchas gracias a esas almas caritativas, que ayudan a recoger.

Reprimenda para esos fumadores que, uniendo los dedos corazón y pulgar, se dedican al lanzamiento de colillas. Por culpa de ellos, el general de los fumadores acarreamos la fama de falta de civismo.

Gracias a todos los asistentes: sois un orgullo [para vuestra raza].
Solo espero que la gente lo haya pasado tan bien, como lo pasé yo.

No hay comentarios: